En un entorno donde se promete más extracción de combustibles fósiles, este país austral de Sudamérica marca una agenda diametralmente diferente.
La “devoción” de la región al petróleo y al gas, extraídos generalmente por empresas controladas por los estados, es fuerte, debido a que varias economías de Latinoamérica han estado vinculadas por largo tiempo a las exportaciones de recursos naturales.
“Brasil se promociona como uno de los principales productores mundiales de petróleo en alta mar, el presidente de México está empeñado en aumentar la producción de crudo, la empresa estatal de petróleo de Argentina está invirtiendo miles de millones en explotar petróleo de esquisto de las rocas y el nuevo líder de Ecuador se ha comprometido a duplicar la producción de petróleo” detallaba hace algunos días el prestigioso diario The Financial Times.
Los excepcionales recursos naturales de Chile lo hacen atractivo para la inversión en “energía verde”. El gobierno ha establecido ambiciosos objetivos a largo plazo para agregar capacidad de energía sustentable y ecoamistosa. Los objetivos incluyen un mandato de energía limpia del 20% de la generación para las empresas de servicios públicos para 2025 y del 60% de la generación para 2035. Chile generó el 22% de su energía a partir de fuentes limpias en 2019, lo que representó el 25% de la capacidad instalada total.
Chile ha perfilado uno de los planes de energía renovable más ambiciosos del planeta, con la expectativa de aprovechar las bendiciones de los dinámicos vientos abundantes en el sur de la Patagonia y el fuerte sol en el norte del desierto de Atacama para generar electricidad verde a precios bajos. Los inversores se han dado cuenta. Más del 40% de la inversión extranjera directa en Chile el año pasado se destinó a energías renovables y el país ha sido clasificado como el mejor del mundo en este ámbito según Climascopio de Bloomberg.
“Seguiremos trabajando en esta dirección para hacer del sector energético uno de los pilares fundamentales de la recuperación económica de Chile y el mundo. En Chile se está generando valor hacia el mundo, a través de innovaciones que ya están teniendo impacto a nivel global. Desde Chile estamos creando futuro, y la energía está en el corazón de esta gran oportunidad”.
Juan Carlos Jobet, biministro de Energía y Minería de Chile.
La visión chilena no se detiene en la electricidad verde. Se espera establecer a la nación del Pacífico como un exportador global líder de Hidrógeno Verde, un combustible producido sin emisiones, que ha entusiasmado a los mercados debido a sus credenciales ambientales.
Acerca de LEITAT Chile
Fundación LEITAT Chile (fundación privada sin fines de lucro) se constituyó en 2014 al alero del Programa de Atracción de Centros de Excelencia Internacional de la CORFO, con el objeto de apoyar la instalación y operación en el país de instituciones de gran prestigio internacional y fomentar la realización de actividades directamente asociadas a líneas de I+D+i.
A la fecha se disponen de dos locaciones (Santiago y Concepción) para satisfacer necesidades de investigación aplicada de la industria, especialmente la minera, alimentaria, forestal y asociadas a la acuicultura.
Conjunto a esto, cuenta con equipamiento único en Chile para la producción de nano membranas poliméricas, nano celulosa, micro- y nanoencapsulación de compuestos, manufactura avanzada, impresión aditiva metálica y polimérica, entre otras soluciones tecnológicas teniendo en cuenta de forma transversal conceptos de economía circular y sustentabilidad.
Lidera los desarrollos en Infotecnología basado en la transformación territorial (Smart Cities) y en la transformación digital. Ha impulsado un nuevo concepto en Chile sobre la necesidad de crear un Ecosistema 5G propio.
LEITAT Chile está al servicio de las empresas que tengan retos de adopción tecnológica avanzada.
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